INTRODUCCIÓN



      "El necesario recorrido por nuestras biografías escolares, nos ha llevado a realizar un maravilloso viaje de descubrimientospues es en el corazón de nuestras propias experiencias educativas, donde encontramos los principios que marcarán nuestra visión de la Educación"

     Sin duda, este viaje, nos ha llevado a recordar olores, texturas y sensaciones, pero sobre todo nos ha trasladado a momentos inolvidables, tanto positivos como negativos. Así pues, consideramos de gran importancia, tener presente, que algún día fuimos alumnas, por lo que tenemos la virtud de poseer dos de las principales perspectivas de la Educación.

     A continuación se detalla un análisis de los aspectos fundamentales que inciden en el ámbito escolar, basado en nuestras biografías escolares, y apoyados en la veracidad de nuestras experiencias, como hechos reales.

     
      Nos gustaría compartir nuestra visión de escuela con vosotros:


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FRACASO ESCOLAR



            En los últimos años ha surgido un creciente intereses y preocupación en la mayoría de los países por el fracaso escolar, un problema determinado por múltiples factores como el contexto social, la familia, el funcionamiento del sistema educativo, el trabajo de cada profesor y la disposición del propio alumno.
         La sociedad exige al sistema educativo que prepare integralmente a los sujetos para que puedan desenvolverse plenamente; para que esto sea posible, el Estado debe  regular el proceso educativo aplicando los principios de calidad y equidad; pero es la institución educativa, quien en su accionar diario debe responder a los requerimientos de la sociedad que la creó, ofreciendo una pedagogía que atienda a la diversidad.
Influencia en el ámbito escolar

          Hay estudios que certifican que niños  de padres con pocos estudios o recursos bajos, suelen repetir el patrón del sustentador de la familia,  siendo la clase popular la más afectada. Es fundamental  la implicación por parte de las familias. Como aparece en nuestra biografía:

Muchas veces me paro a pensar, si la pasividad de mis padres, referente a los estudios, es debido a que ellos tampoco estudiaron, y a lo    mejor por eso  no le daban la  importancia que tenía. Sé que ellos querían   que todos sus hijos estudiaran, pero  no eran nada riguroso, en ese   sentido.”  
   “No lo he vivido en mis propias carnes por así decirlo, pero sí es cierto que a mi alrededor  se han quedado numerosos alumnos  atrás, y en la mayoría de los casos por lo menos los que yo he podido observar, han sido por falta de atención de los padres hacia ellos."
           En muchas ocasiones  la familia más desfavorecida es la que le cuesta más implicarse con la escuela y participar en el desarrollo evolutivo del niño/a. A causa  de los problemas que acarrean, estos padres dejan de lado la educación escolar de sus hijos.
          Los profesores tienen que hacer entender  a los padres que, su participación es fundamental en el desarrollo de su hijo, tanto en el ámbito escolar, como en su vida en general. Tiene que existir  un diálogo  entre los profesores, padres y alumnos.  Gracias a la  comunicación por ambas  partes, los docentes podrán saber más a cerca de las familias y en el círculo social, económico, cultural en el que se mueven,  y así entender mejor el problema  que puede acarrear el niño. Como aparece en nuestra biografía:
“No recuerdo en todos mis años en los que estuve en el colegio, la participación ni la involucración de mis padres. Nunca participaron  en actividades, ni en talleres, ni en las fiestas de fin de curso, etc.”
          Los factores externos  materiales son bien conocidos y están vinculados a todo lo que se refiere a las condiciones de la vida de las familias y de los propios alumnos, particularmente el nivel de ingresos y las condiciones de  las viviendas.  Pero sabemos que los factores externos a la escuela que impactan  en los resultados escolares no son solo de carácter material. El capital  cultural existente fuera de la escuela tiene un peso decisivo en la determinación del éxito o fracaso escolar. Variables tales como el nivel educativo de los padres, particularmente de la madre; la valoración de la familia y de la comunidad acerca del éxito escolar, y el capital lingüístico han demostrado tener una significativa importancia en la explicación de los resultados escolares.

Deficiencia en la formación docente
          Estamos siendo testigos de la decadencia del profesorado. Los que llevan  muchos años  ejerciendo, tienen una especialización académica diferente, teniendo en cuenta la evolución tan vertiginosa que ha sufrido la sociedad. Tienen la experiencia de los años, pero en algunos casos la metodología no es la adecuada, unas   de las causas del por qué esta profesión hoy en día está en declive, es porque a estos docentes no se les ha obligado a actualizarse,  y estar  al día de las demandas que exigen los nuevos alumnos. Situaciones que hemos  podido comprobar como compañeros  del colegio que hoy en día son docentes, la formación con la que han salido de la facultad es escasa, incluso ellos lo saben. En confianza nos dijeron que, a veces  no se ven capacitados  para resolver hechos concretos, y que van aprendiendo sobre la marcha. Desde nuestro punto de vista eso no debería de ser así, porque tienes una responsabilidad  demasiado grande como dejarlo  sobre la improvisación.
          Incluso hay  profesores recién salidos de la facultad, que no llegan a transmitir a sus alumnos la motivación que estos necesitan. Creemos que otros  de los  grandes  problemas  de la formación de los docentes actuales, radica en que las instituciones que los forman, no han sabido desarrollarlos vocacionalmente, en muchas ocasiones la formación  que reciben es deficiente, a veces esto implica que los contenidos que les transmitimos a nuestros alumnos sean poco relevantes, ocasionando la perdida de interés para el niño/a.
          Es cierto que las nuevas reformas en el ámbito educativo, en concreto en la Universidad (el Grado), se llegan a impartir  muchas más horas de práctica, ya que esta carrera no se  concibe de otra forma. Es como si una persona que estudia medicina, no le dejan operar, nunca podría  llegar a tratar con personas físicas. Pues a nosotros nos pasa lo mismo.
           Como se ha mencionado antes, las prácticas son fundamentales para que sea un aprendizaje relevante, pero aun así, me parecen pocas. Deberíamos trabajar desde el primer año de carrera con niños, y no tener solo tres meses de prácticas en toda una carrera. Así no hay suficiente tiempo para aprender lo esencial, que es tratar con niños. Es imprescindible que nos  familiaricemos  con el trabajo en el propio terreno  de las  aulas. Estamos cansados de  escuchar a tantas y tantas  personas que trabajan ya como docentes que:”Todo lo que aprendáis en la facultad, no os va a servir para nada”.
          Esto es  muy desmoralizador, hace que te cuestiones muchas cosas a cerca de esta carrera, si al final cuando aprendes de verdad, es cuando te preparan en una academia para las temidas oposiciones. ¿Debería de ser así? ¿Para que nos esforzamos tanto por aprender?
          Creemos  que el sistema educativo, por muchas reformas que haya  tenido en cada nueva legislatura, no llega a ofrecer a los estudiantes de Magisterio la fórmula adecuada, donde  poder salir mejor formados, y donde darles una enseñanza de calidad  a la generación venidera. Como apreciación global del grupo, Estudiando ya la carrera de Magisterio, hemos podido encontrarnos con grandes profesionales de la enseñanza, con una gran pedagogía  y con una gran virtud en este ámbito. Aunque hubo algo que nos hizo  pararnos a observar y pensar; que estudiando dicha carrera, nos preocupa que docentes  que enseñan a otros futuros docentes, tengan tan mala formación, no lo digo por que tengan pocos conocimientos, hasta ahí no lo podemos  cuestionar, pero tienen una gran deficiencia en otros aspectos igual de importantes, como es la pedagogía, saber transmitir, crear un buen clima de clase, motivarnos, etc. Y eso  nos parece grave, creo que ellos que son ya experimentados, deberían de darnos ejemplo.

Docentes sin vocación
          Hablamos del profesor sin vocación, aquel que  estudia la carrera de Magisterio sin gustarle. Pensando solo en la remuneración que reciben o los días de vacaciones que perciben, o simplemente que,  la nota de acceso a la Universidad no le da para acceder a otra carrera  y  esto es sin duda es un mal comienzo. Esto  va a significa que en lo único que van a tener en mente estos docente es, ¿cuánto me queda por terminar el día?, y no  se centra en lo importante, que son los alumnos, a los que se le puede hacer mucho daño si no se le presta la atención adecuada.

          No entienden la responsabilidad tan grande que poseen, el  no ser consciente del papel  que desempeñan, de no comprender la necesidad y la relevancia de su actitud hacia un grupo de niños al que está poniendo en riesgo. No comprenden que  ellos son el  origen y el futuro de nuestra sociedad.  Como aparece en nuestra biografía:
 ”Recuerdo un día en clase de lenguaje, donde mi profesora nada más entrar en la clase ya estaba irritada, todas las preguntas le molestaban. Desde que entraba por la puerta, miraba el reloj cada 5 minutos, deseosa de irse. Era la viva imagen de lo no vocacional.”
          Estos maestros adoptan una postura académica negando el rol que deben desempeñar  y huyendo de su condición de maestro. No muestran interés por el funcionamiento de la clase. Siendo una profesión con tantas variables y posibilidades educativas, su metodología muestra una gran rigidez con poca capacidad de cambio  y con escasa o ninguna  autocrítica  sobre su trabajo, donde el docente pueda mejorar su calidad pedagógica. No se implican el los posibles proyectos del centro. Como aparece en nuestra biografía:   
“La profesora  nos amargó durante todo el curso. Cada día que teníamos clase con ella era un gran sufrimiento. Nadie la podía soportar, era muy desesperante y mal hablada. Los exámenes eran muy difíciles y además sus explicaciones eran muy básicas.”
          Esto hace mermar la curiosidad de los niños y,  por  lo tanto,  frenar su desarrollo. Además, su negatividad y pasotismo contagia a los alumnos, creando un círculo vicioso, que puede ocasionar el abandono de los estudios. Estos profesores no se dan cuenta del privilegio y la responsabilidad que tienen en sus manos, nosotros vamos a formar la población del futuro, a los médicos que nos van a curar, a los policías que nos van a proteger o los barrenderos que tendrán nuestras calles limpias, entre otros oficios, así que deberían de  pensar mejor ¿qué es lo que están haciendo en sus aulas?, y a los futuros docentes decirles que si realmente esta profesión no la han elegido por vocación, todavía están a tiempo de cambiar su rumbo. Como aparece en nuestra biografía: 
Al entrar en esta carrera, no sentía esa vocación de la que todos hablan pero, poco a poco, he ido entendiendo esta profesión, gracias a  los grandes docentes que me han tocado, y me han sabido transmitir el amor y la dedicación que hay que tener para trabajar en esto. Ahora mismo no concibo mi vida sin el futuro que ya me he planteado,  ser maestra, y estoy muy agradecida por ello, y espero ser yo también ser  un referente para mis futuros alumnos.” 
 “Tengo que destacar una profesora que me lo hizo pasar un poco mal, era mi tutora y profesora de lenguaje. El primer día de clase  me soltó esta fresca. “Señorita Benítez Labrac, otra más, ¡qué bien, ¡ ahí dije yo, vaya año que me espera”, y dijo: Espero que tú devuelvas los libros y no hagas como tu hermano, que sabe Dios lo que hace con ellos”, ahí me quise morir, me sentí humillada y avergonzada con todos mis compañeros riéndole la gracia.”

Metodología inadecuada ( pérdida de motivación)
          Muchas veces hablamos del fracaso escolar por motivos dispares, a lo que académicamente se refiere fracaso escolar es el hecho administrativo  de no lograr el título académico  mínimo o como no alcanzar  cierto nivel  de conocimiento, pero creemos que uno de los pilares fundamentales para que una persona continúe con sus estudios es la “motivación”. Todos los aspectos de la vida se mueven a través de  esta. Unos de los puntos por los cuales los alumnos pierden el interés por los estudios, es por una metodología que no  les llega a los alumnos. Como aparece en nuestra biografía
” Iba al colegio sin ganas y desmotivada, nunca supe el porqué, yo solo pensaba que era floja y no valía para estudiar. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que soy capaz de hacer lo que me proponga y que parte de mi fracaso escolar se lo debo a mis grandes profesores que nunca supieron atraerme e involucrarme en las actividades que se hacían.”
          Donde debemos buscar la causa de tal desmotivación. ¿En los contenidos curriculares que se imparten? ¿En la desvalorización del esfuerzo que caracterizó a otras generaciones? ¿En la conciencia de que el estudio ya no es garantía de trabajo? ¿En la obligatoriedad de unas enseñanzas en las que el alumno no ve su utilidad? Como dice en el artículo manifiesto pedagógico (2008): “Pero los estudiantes fracasan, precisamente, porque el modelo de enseñanza transmisivo y tradicional, y no otro, no provoca en ellos un aprendizaje duradero y de calidad.”
         La respuesta a estas preguntas  no es fácil, nos atreveríamos  a afirmar que el 80 % de los profesores atribuirán la desmotivación a factores ajenos a ellos mismos. ¿Dónde está el motivo principal? No es infrecuente atribuirlo a los padres, a los programas, a la Administración, a los centros, al ambiente; pero mientras pensamos así, no asumimos la parte de responsabilidad que nos corresponde. Como aparece en nuestra biografía: 
“Nunca me he sentido atraída por el colegio, ni por ninguna materia. Pensaba que era yo, la que  no tenía ningún  interés y ya está. Ahora  que soy mayor, me he dado cuenta de que no es así, sino  que, la metodología que utilizaban entonces, no era la adecuada, no me atraía, no propiciaba  el trabajo en común, ni nos pedían que  investigáramos a cerca de las materias. Era una enseñanza unidireccional, con el único fin de llenar nuestras cabezas vacías de contenido nada funcional para nosotros.”
         Una vez conseguida la motivación de alumnos, todo lo demás es posible, porque crece su entusiasmo, su confianza y  se crea una aspiración, algo que es fundamental para ir creciendo en la vida. Está  constatado que los alumnos que fracasan en los estudios, son niños a los que no les  han sabido motivar.

Profesor autoritario

       
     Docentes que han vivido en un ambiente de  dictadura y sumisión, llegan a reproducir las mismas actitudes con sus alumnos, creyendo que esta relación con los niños, de sumisión  y  la obediencia sin ningún tipo de reproche, es el método adecuado.
          Hoy en día este tipo de actitud del profesorado no sería válido, al ser totalmente  incompatible con los nuevos valores, como la igualdad, tolerancia, democracia, libertad, etc., los cuales estamos obligados a inculcar a las nuevas generaciones. Como dice Beck (1999):“Las alumnas y alumnos de hoy en día nacieron y aprendieron a vivir en ambientes en los que la palabra democracia aparece por doquier”  o como salen en nuestras biografías:
 
“Un día le reproché al profesor de lengua una  actitud que realizó delante de todos mis compañeros de clase, contestándome de manera despectiva y con soberbia, que él era  el que mandaba en el aula y que si no me gustaba, ya sabía donde estaba la puerta.” 
“Recuerdo a un profesor de gimnasia que nos daba  miedo, siempre serio, nunca veías en el un mínimo de afectividad  hacia los alumnos e inmensamente estricto. Un día realizando un salto al potro  me caí, y ni en ese momento que me sentía mal, avergonzada y dolorida, no note ni un ápice de cercanía.”

Desmoralización del profesorado
          Una de las notas que llama la atención en el sistema educativo, especialmente en la red pública, es la constatación de un profesorado que no se siente a gusto. La palabra desmoralización surge inmediatamente que alguien conversa con un grupo de docentes. Hay muchos factores que hace que se produzca esta sensación, la preocupación de los profesores de no saber cuál es su función, es decir, ¿la labor del docente es transmitir conocimientos de una manera unidireccional  de los contenidos? O por el contrario, ¿hacerles partícipes   el en aprendizaje, realizando investigación, trabajaos en grupo… en definitiva un aprendizaje significativo? Esto es debido en gran medida por las numerosas transformaciones que se están produciendo en el presente en el ámbito educativo.
          La vocación  por la profesión también tiene un gran peso para explicar este sentimiento, se está perdiendo la identificación,   ilusión y compromiso con la escuela y la comunidad, y una falta de orgullo hacia la profesión.  En otros tiempos estábamos mejor valorados, ahora esta figura del docente se a eclipsado por otros términos como vividor “Descansáis  3 meses al años, trabajáis  cinco horas a la semana y encima os quejáis” comentarios tan comunes que apisona toda tu labor en un momento.
        La  pobreza de las políticas de actualización cultural y psicopedagógica del profesorado. Como aparece en nuestra biografía:
”Recuerdo un día que estaba realizando una tarea que me habían mandado del colegio,  y no sabia continuar, estaba bloqueada. Mi madre se puso conmigo para  echarme una mano, cuando vio la actividad que estaba haciendo se puso a reír y dijo: ¡Si estoy lo daba yo cuando iba al colegio!, en ese momento no le di ningún tipo de importancia, pero ahora lo pienso, y veo el gran desfase cultural y pedagógico que existe.”
          El país no puede, no debe permanecer pasivo ante los acontecimientos mundiales, debe tener una participación activa en la construcción y desarrollo de un mundo nuevo, sin perder de vista sus peculiaridades culturales y, uno de sus elementos esenciales para lograrlo son los educadores, aun cuando subrayamos que no es el único responsable.
          La  autonomía docente queda diluida o borrada por la administración  de la escuela. Cada vez la enseñanza está más condicionada y regulada, el currículo, la evaluación, los tiempos, los espacios, la organización y funcionamiento de los centros, etc.,  quitando la libertad  a los  maestros y a las comunidades educativas para realizar proyectos educativos, como aparece en nuestra biografía:
 
Cuando cursaba 6º de primaria, vino un inspector a mi clase para ver como la profesora se desenvolvía y estas cosas. Era una profesora distinta, su forma de transmitirnos los conocimientos era mucho más práctica. Podía parecer una clase caótica, todos armando follón, pero ella lo tenía todo controlado. Recuerdo que a raíz de esa inspección la metodología en la clase cambio y para peor. Pienso, ahora que comprendo más cosas  que, se le corto las alas, y que seguramente le obligaron a seguir el camino que la mayoría de profesores      rec­­­­­­­­orrían.”
      La falta de apoyo y una notable desprotección desde los propios servicios de inspección escolar, casi exclusivamente  interesados en cuestiones burocráticas y de sanción. Es llamativo el abandono por parte de las inspectoras e inspectores de educación de las funciones que la ley les impone, en especial de todo lo relacionado con la colaboración y el asesoramiento en procesos de innovación y reforma pedagógica.
     La ausencia de una cultura democrática en la vida y gestión de los centros y aulas escolares. Centros y aulas escolares. La participación de las familias e incluso de una parte significativa del profesorado no acostumbra a ser una práctica habitual, algo que se agrava enormemente en el caso del alumnado, el colectivo más ausente en cuestiones de gestión y participación en la vida cotidiana de los centros y de las aulas. Como aparece en nuestra biografía:
”En la época en la que yo iba a la escuela no recuerdo la involucración de mis padres en ningún tipo de actividad, no tenían en cuenta  a los padres. Ellos  solo existían cuando tenían que recoger las notas o para ir  una vez al año a  alguna tutoría.”
      Algo que incide seriamente en la desmotivación y queme docente es ver cómo el sector de profesoras y profesores más trabajador y comprometido con la vida cotidiana en los centros no ve reconocido sus esfuerzos en pro de las innovaciones pedagógicas.




Referencias
·      - Ulrich BECK (1999)”  Buenos Aires. Fondo de Cultura.
·      - La formación y la actualización de los docentes.  Herramientas para el cambio en educación. María Eugenia Paniagua Setiembre ( 2004)
·       -Malestar docente: La autoestima del maestro. http://www.estres.edusanluis.com.ar/2011/09/la-autoestima-en-el-maestro.html
·       -Cero en Conducta apoya el Manifiesto ,Consulte el documento y las firmas en www.redires.net

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AFECTIVIDAD


La escuela y un buen desarrollo emocional: el clima escolar
               
                   Como podemos ver en nuestra biografía, es cierto, que muchas de las situaciones que hemos vivido, las mejores, por llamarla de alguna manera, se producen a través de las emociones y  sentimientos, creemos fundamental y necesario este desarrollo en cualquier persona, todos necesitamos sentirnos seguros emocionalmente. Pensamos que el entrenamiento emocional en la escuela, ayudaría a los niños a obtener beneficios en cuanto al crecimiento y a la motivación.

               Un buen desarrollo de las capacidades emocionales  aumenta la motivación para aprender  y experimentar. Los niños y los jóvenes tienen una motivación propia para explorar el mundo que los rodea;  pueden  ser conscientes de sus propios  conocimientos y sentimientos, relacionándose con ellos para transmitirlos a los demás, tratando de generar empatía; simpatizar, identificarse y tener lazos afectivos e  intercambios sociales y afectivos satisfactorios. Estos son importantes porque afirman su individualidad y generan mejor autoestima. El desarrollo afectivo implica motivar al  niño y al joven para que expresen sus sentimientos, evitando la manipulación negativa. Como aparece en nuestra biografía: 

 “Aún tengo guardado en la memoria el sabor a coco que descubrí en un recreo, gracias a una compañera que me lo dio a probar. Esa unión e ilusión para jugar y para hacer actividades toda la clase, siguen revoloteando por mi mente”

En lo que a la escuela compete, todo el ambiente, el clima  escolar  y de un aula debe ser favorable para el desarrollo de las emociones. Como mencionamos en nuestra biografía:

”He encontrado buenos compañeros y un buen ambiente, y ahora si puedo decir que he encontrado un profesor que me ha marcado, por su forma de involucrarse  en la asignatura”
“Quiero destacar algo para mi importante porque lo tengo plasmado en mi mente como una fotografía, mi patio, donde yo jugaba y mis compañeros”


¿De qué depende el clima escolar? ¿Es importante?

 Como hemos podido ver en nuestras biografías y además vivirlo, el clima de cualquier espacio depende de los elementos que lo forman, es decir, pensamos que es tarea de todos, que según nuestras vivencias, valores, actitudes, creencias, transmitiremos y crearemos dicho espacio. Consideramos de vital importancia el desarrollo de las habilidades emocionales,   no es lo mismo  formarse en un clima con armonía, que sin ella.

           Ciertamente, el clima social que se genera en el contexto escolar depende entre otros factores del desarrollo social y emocional que hayan logrado los alumnos, del nivel de desarrollo personal de los profesores y de la percepción que todos ellos tengan, de la medida en que sus necesidades emocionales y de interacción social, son consideradas adecuadamente en el ambiente escolar. El desarrollo emocional y social ha sido conceptualizado de diferentes maneras. Se ha hablado de desarrollo personal, de inteligencia emocional, de inteligencia social, de desarrollo afectivo, términos de alguna manera equivalentes, que apuntan a la necesidad de considerar estos aspectos para lograr una educación más integral.  Uno de los autores que se han preocupado de este tema, incluye las inteligencias personales de Gardner (1993) en su definición de la Inteligencia emocional, pero ampliando estas capacidades a cinco áreas principales, que son:
             Conocer las propias emociones: que se refiere a la capacidad de descubrir cuáles son nuestros verdaderos Sentimientos, ya que ellos serían la mejor guía en la vida, para asumir las decisiones personales correctas.
            Manejar las emociones propias: lo que permite recuperarse con rapidez de las dificultades que la vida presenta. Conocer la propia motivación: que permite prestar atención al auto motivación y al dominio,  que facilita la creatividad.
            Reconocer emociones en los demás: que equivale a la empatía, es decir, a captar las señales sociales de los otros, que indican lo que quieren y necesitan.
             Manejar las relaciones: que es en gran medida, la capacidad de adecuarse a las emociones de los demás. Quienes tienen habilidades en este plano, son capaces de establecer relaciones más serenas con otros.


Emociones positivas

             Las emociones de los estudiantes constituyen un factor determinante en la construcción de sus aprendizajes. Las emociones favorables indican aspectos que todos consideramos prioritarios para mejorar la calidad de los aprendizajes: sentirse motivado en las clases, tratar contenidos contextualizados en las propias experiencias, cuya aplicación se puede visualizar en la práctica, sentirse valorado como estudiante, poder participar, confrontar distintos puntos de vista. Como aparece en nuestra biografía:         “Lápices de colores, una libreta nueva, las ceras, “la plasti” y la goma Milán, llenan de agradables recuerdos el inicio de mi aventura. 

      
“Me da mucha alegría, que ella  aún, se acordara de nosotros y nos llamase “mis niños”, es algo muy bonito, pensar que una profesora haya disfrutado con sus alumnos y se acuerde de ellos, después de siete años”,     
“Pero en ese año también recuerdo a una buena profesora que nos daba inglés, sus clases eran muy divertidas y nos daba mucha pena, que llegara la hora de marcharnos a casa”,
“Recuerdos de mi primera profesora del colegio, que nos trataba con mucho cariño”
“Recuerdo que íbamos al cole, cantando y alegres” Uno de los profesores de matemáticas, me felicitó y dijo en la clase que yo había tenido la mejor nota, un sobresaliente”

Emociones negativas

               Si nos detenemos en el tipo de educación implantada hace unos años, podremos observar cómo los profesores preferían a los niños conformistas, que conseguían buenas notas y exigían poco. De este modo, no era raro encontrarse con  casos en los que el profesor espera que el alumno saque buenas notas y éste las consigue, quizá no tanto por el mérito del alumno en sí, sino como por el trato que el profesor le da.  También se encontraban casos de desesperanza aprendida, producida por el modo en que los profesores respondían a los fracasos de sus alumnos.  Por tanto, en la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotándoles de estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que palien sus efectos negativos. Como mencionamos en nuestra biografía:

 “Me ha faltado desde siempre mucha motivación”
 “Nunca me he sentido bien   en el ámbito educativo”
“Comienzo el nuevo curso, este años empecé triste, no empecé con mis compañeros de siempre, todo lo conocía, pero sin embargo, era distinto para mi, fue difícil, pero lo supere poco a poco con la ayuda de mis padres”.   
“También tuve un profesor que no tengo buen recuerdo de él, su aspecto era un poco desagradable, poco aseado y desaliñado, la mayoría de las veces estaba enfadado”

Social - afectivo

             La política de Convivencia Escolar enfatiza la importancia de construir normativas de convivencia y procedimientos,  resolución de conflictos,  para atender a la complejidad y dinamismo de la convivencia, de manera óptima y formativa.  Enfatiza la relevancia de construir con normas y límites claros y conocidos por todas y todos los actores, no para eliminar los conflictos inherentes,  al acto de vivir con otros y otras, sino para reducir la arbitrariedad en el manejo de los procedimientos disciplinarios. Visualiza los conflictos como oportunidades de crecimiento, tanto para las personas, como para el contexto en que se producen, siempre y cuando sean bien abordados, y por ello establece la necesidad de favorecer formas pacíficas de resolución, las cuales requieren del desarrollo de habilidades como la escucha activa, el diálogo, la empatía, la asertividad y colaboración, entre otras, integradas al currículum escolar. Como aparece en nuestra biografía:  


“Pero no todo fueron buenos momentos, y aunque la memoria y la nostalgia destiñen todo lo que tocan, como dice Juan José Millas, sí recuerdo cierto conflicto con algunos chicos de la clase  en 5º de EGB, por querer tocarnos el culo a las chicas, mientras yo, me defendía a patada limpia, ayudada de mis zapatos ortopédicos"

“Sin embargo, el mayor choque fue a nivel social, las conversaciones y las chicas que conocí allí, no llegaron a aceptarme plenamente, así que decidí aislarme y no salir los fines de semana. Esto forzó a mis padres a plantearse un nuevo cambio, y tras el curso de 8º, me pasé de nuevo a la educación pública.”

La interacción profesor - alumno
 
                 El contexto de interacción en el aula, constituye un modo de relación que tiene importantes consecuencias para la formación de los estudiantes, tanto en lo personal como en lo académico, en los distintos niveles del sistema educativo, incluida la educación superior. La percepción que tienen los estudiantes de sus relaciones interpersonales con los profesores sería lo que mayor impacto tiene en ellos, y no el contenido o materia de estudio. Como aparece en nuestra biografía: 

“Tengo que destacar a una profesora que me lo hizo pasar un poco mal”
“Espero que tú devuelvas los libros y no hagas como tu hermano, que sabe dios lo que hace con ellos”, ahí me quise morir, me sentí humillada y avergonzada con todos mis compañeros riéndole la gracia” 

               Siempre hay un alumno que suele desencadenar la antipatía del profesor. El problema se presenta cuando la actitud negativa de un maestro se traspasa hacia el resto de los docentes del curso y, a veces, incluso del colegio, transformando a ese niño en el blanco de críticas permanentes. La estigmatización puede acarrear efectos demasiado perjudiciales para los pequeños. Y no sólo porque causa trastornos emocionales en el niño, que tarde o temprano se verán reflejadas en el aprendizaje.

             Cuando aumenta la interacción emocional negativa entre el alumno y el profesor, disminuyen los buenos resultados.  El  alumno termina estableciendo ciertas creencias, como por ejemplo, que es desordenado o flojo,  que son internalizadas como verdades absolutas. De hecho, una de las áreas en que existe mayor consenso entre los especialistas es en la influencia que ejercen las expectativas de los docentes sobre el rendimiento: por ejemplo, los niños cuyos profesores tienen altas expectativas en sus habilidades obtienen mejores resultados. Como aparece en nuestra biografía:


“Me estoy dando cuenta escribiendo esta biografía que no he tenido ningún profesor que me haya dejado huella en mi vida.”
           
“Me acuerdo el día en la asignatura de lengua, que tenía que hacer una exposición individual sobre un autor y al salir a exponerla me temblaba las manos, aunque lo pasé muy mal mereció la pena porque el profesor me felicitó por ello.”

           Los alumnos perciben claramente diferencias entre los profesores que establecen una relación centrada en la persona, y que son capaces de reconocer y ayudarles cuando están en problemas, y aquellos que tienen una actitud más distante y que no demuestran preocupación por los problemas personales de los alumnos o las alumnas. A los primeros, los describen como más comunicativos, expresivos y simpáticos. Esta necesidad de tener una comunicación cercana con los profesores, es más marcada en los alumnos y las alumnas de nivel socioeconómico bajo.


La escuela y la familia

               Los cambios de la sociedad actual son rápidos y profundos, los sujetos no están preparados para adaptarse a ellos en los diversos niveles: biológico, psicológico y social. La complejidad, cada vez mayor, que la caracteriza, demanda una nueva visión educadora de la familia y la escuela, lo que exige su compromiso para trabajar unidas en un proyecto común.
            

              El objetivo principal de esta aportación es crear un espacio de reflexión sobre la necesidad de tomar conciencia de la importancia de la formación en Educación Familiar, para ayudar a los profesionales de la educación y a los padres a mejorar las relaciones Escuela-Familia, como una medida de calidad de la enseñanza y prevención del fracaso escolar. 

                Los padres a tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos para responder a las nuevas necesidades educativas. También, se considera que una intervención para la educación del futuro debe estar enmarcada en un enfoque interactivo, ecológico y comunitario para responder a las necesidades afectivas, cognitivas y sociales de todos los implicados.

                El papel de la familia, ha ido evolucionando con la incorporación de la mujer al mundo laboral y con otros cambios de diversa índole, sobre todo político y económico. Esta ha pasado de ser la encargada única y exclusiva, de la formación de los hijos e hijas, a delegar en la escuela parte de esta tarea. Como aparece en nuestra biografía:
             

  Una vía para superar dicha dificultad es facilitar el encuentro entre padres y profesores, donde pongan de manifiesto el deseo de buscar formas innovadoras de fomentar la participación, así como de crear un clima abierto de comunicación en el que se expresen los problemas, inquietudes, temores, miedos e inseguridades, y mutuas necesidades de ayuda y colaboración.

               En este sentido, un importante objetivo es que la familia tome conciencia de la necesidad de su participación en ámbitos sociales más amplios, que influyen en sus prácticas educativas en el hogar. Para lograrlo, es preciso ayudarla a descubrir la importancia de su colaboración en la escuela, aceptando que existen objetivos que son comunes y en los que son necesarios unir los esfuerzos de padres y profesorado para su consecución. La implicación de las familias en la vida del centro, se alcanza aprendiendo a trabajar juntos en diversas actividades, que en relación con sus respectivas funciones, los padres y profesores pueden programar, asumiendo que un trabajo en equipo es un medio eficaz para estimularse y apoyarse mutuamente.

               Esto conlleva a valorar el enriquecimiento que para el propio     desarrollo personal supone la aportación de las ideas e iniciativas de los demás. La visión de un trabajo en   colaboración mutua, parte de un concepto de cambio y mejora de la realidad, que puede ser modificada, a través de la acción conjunta de todos los implicados, a la vez que repercute en una mejora de la calidad de la enseñanza y de la vida escolar.

 “Los días más destacados lo celebrábamos con la familia en el colegio,  era un día muy importante para nosotros, nos sentíamos mayores”
“En las fiestas se veía que éramos una gran familia”

¿Qué repercusiones tiene?
              Una mayor autoestima de los niños y niñas, además produce un mejor rendimiento escolar, por lo que genera mejores relaciones entre padres, madres e hijos, y por ultimo actitudes más positivas de los padres.

Docentes que dejan huella…

               Con toda seguridad, muchos de nosotros guardamos con cariño gratos recuerdos con un profesor o profesora concretos. Un maestro que admirábamos que dejó en nosotros una huella imborrable, y que no sólo nos enseñaba a sumar y a escribir correctamente, sino que además sabía sacar lo mejor de nosotros, nos trataba con respeto y se hacía respetar, nos consolaba, valoraba nuestros esfuerzos, nos comprendía...

               El profesor  supone para un niño, no sólo la figura que le proporciona conocimientos, sino el referente con el que establece durante un largo periodo de tiempo, una estrecha y especial relación. 

               El ejemplo del maestro, al igual que el de la familia, repercutirá en nuestro hijo. Su manera de hablar, su forma de vestir, su trato, su atención, su estímulo, su cariño... quedarán grabados  en nuestros pequeños. Como mencionamos en nuestra biografía:


“Mi profesora Carmencita que en su armario tenía guardadas galletas de chocolate,  que de vez en cuando nos daba, cuando nos portábamos bien, y no se me olvidara en la vida, parecía que nos daba un tesoro.”

 “Recuerdo a mi profesor Juan con mucho cariño, creía mucho en mí, y tampoco se me olvidara nunca cuando un día me dijo: a ti te pega ser profesora… yo me reí, me pareció algo absurdo, si era malísima estudiante”

He recibido cariño por parte de los profesores, en general he tenido buenos profesores”

La educación de nuestros hijos no sólo debería comprender aspectos puramente cognitivos, sino también hábitos, buenas maneras, valoressentimientos.


Referencias

http://educacionemocional.cl/documentos/escuela011.pdf http://www.cucurrucu.com/expertos-detallan-las-razones-para-cambiar-a-un-nino-de-colegio/index.html
http://www.primaria.profes.net/puntovista2.asp?id_contenido=48963 http://www.guiainfantil.com/blog/815/los-maestros-que-dejan-huella-en-los-ninos.html http://www.slideshare.net/Esthercita1902/relacin-entre-familias-y-escuela

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RELACIÓN PROFESOR/ALUMNO






“Lo que el profesorado 'dice' a los alumnos y cómo éstos reaccionan 
se mantiene oculto tras el tupido velo de un silencio profesional autoprotector”  
La relación educativa o relación maestro-alumno, es el conjunto de relaciones sociales que se establecen entre el educador y los educandos, y cuya finalidad es alcanzar determinados objetivos educativos. Éstas, suceden dentro de una estructura institucional que se encuentra enmarcada en un contexto más amplio, la sociedad en que vivimos. Así pues, las relaciones maestro-alumno estan sujetas a numerosos factores, tanto externos como internos, y es necesario tener en cuenta, que se desarrollan en un ambiente vivo y de constante cambio. Por tanto, no debemos pasar por alto que lo que principalmente está en juego, es el desarrollo de la personalidad de los alumnos/as, y que la actitud del docente frente a ellos, puede ser determinante en este aspecto.

                  Partiendo de la definición anterior, podemos entender que las relaciones que se establecen entre el profesorado y el alumnado, constituyen también, un pilar fundamental dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que que el resultado de éste proceso depende en gran medida de la manera en que se desarrollen dichas relaciones. En este sentido cabe señalar la importancia que cobra el rol que cada maestro adopta respecto a sus alumnos, así como la visión de Educación que éste sostiene. Resulta curioso observar como un mismo grupo de alumnos/as, se comporta de manera diferente y obtiene resultados académicos dispares, en función del maestro/a que imparte la clase. Indudablemente, estas situaciones tienen que ver con la actitud del docente, la metodología que utiliza y el tipo de comunicación que establece con sus alumnos/as. 

TIPOS DE DOCENTES

                  Aunque exiten diversas clasificaciones de los tipos de docentes que hay, nosotras nos hemos centrado en dos grandes corrientes pedagógicas para diferenciarlos. Sin embargo, resulta de vital importancia aclarar, que no es nuestra intención generalizar, puesto que somos conscientes de que no todo es blanco o negro, y que tanto las actitudes de alumnos y maestros como sus relaciones, se encuentran influenciadas por numerosos aspectos. 

El docente tradicional y autoritario


En la filosofía autoritaria el concepto de igualdad no existe. El carácter autoritario puede a  veces emplear el término igualdad en forma puramente convencional o bien porque conviene a sus propósitos. Pero no posee para él significado real o importancia, puesto que se refiere a algo ajeno a su experiencia emocional. Para él, el mundo se compone de personas que tienen poder y otras que carecen de él; de superiores y de inferiores. Sobre la base de sus impulsos sadomasoquistas experimenta tan sólo la dominación o la sumisión, jamás la solidaridad. 
(Erich Fromm, 1987)

                  Haciendo referencia la cita anterior, podemos decir que el docente autoritario es un maestro/a tradicional, que se caracteriza por mantener una postura rígida frente a sus alumnos, que lleva la disciplina por bandera y el castigo como escudo, ante situaciones que le desbordan. Sabiéndose superior y haciendo uso de su poder, el docente autoritario; dirige, impone, ordena, exige, hace y deshace a su antojo desde su inaccesible trono, dejando a un lado cualquier posibilidad de crítica, participación u opinión por parte del alumnado. En consecuencia, dentro de sus clases reina un silencio absoluto que da paso a un monólogo proveniente de él mismo y mediante el cual, promulga el conocimiento científico para que sus alumnos/as lo memoricen, sin admitir réplica alguna e impidiendo la entrada al diálogo abierto y multidireccional. En este sentido es importante señalar, que este tipo de docente no se dedica a enseñar a pensar a sus alumnos/as, sino que directamente piensa por ellos. Como se refleja en nuestras biografías, podemos observar, que muchos de estos docentes se ensañan con sus alumnos/as cuando éstos se desvían del camino que les ha impuesto, y hace uso de su autoridad, para humillarlos y ridiculizarlos.

“En mi colegio todo alumno/a que llegaba a sexto, temía que le diera clase el maestro x. Era un señor bastante severo, tenía cara de amargado y se dedicaba a machacar y a ridiculizar a los alumnos/as, llegando incluso a pegarles".       

               Aunque pensemos que este tipo de docente ha quedado obsoleto y ha pasado a la historia, debido a que su comportamiento atenta gravemente contra la integridad del alumnado. No podemos olvidar que durante muchos años ha sido este modelo de enseñanza, el que por norma general se encontraba en las aulas. Cierto es, que hoy en día es difícil encontrar a un maestro que muestre esta actitud abiertamente. Sin embargo, muchos docentes siguen siendo tradicionales y bajo el escudo de la sutileza, siguen considerando a los alumnos/as como contenedores vacíos, a los que tienen que llenar de conocimientos.

                  Así pues, entendemos que el docente que se identifica con el modelo de enseñanza  autoritario y represivo, puede hacer mucho daño a determinados alumnos/as, ya que éste suele generar una seria falta de autoestima en ellos/as. Estos alumnos/as, además de sentirse en todo momento bajo presión, son dependientes absolutos de las instrucciones que reciben de su maestro/a, por lo que son incapaces de tomar sus propias decisiones. Por tanto, las relaciones que se establecen entre este tipo de docente y sus alumnos/as, pueden llegar a ser muy perjudiciales para su desarrollo personal. 

El docente democrático

…donde se juega realmente esta educación democrática; creando un clima de confianza, educando a los alumnos en la toma de decisiones, en su autonomía, en su autoevaluación, en la atención individualizada, en la participación en las decisiones que les conciernen, en la educación del espíritu crítico que sólo se adquiere cuando es el educando, con la ayuda del educador, el que va construyendo sus saberes, entre otros. (J. Manuel Santos, 2006) 

            Partiendo de la cita anterior, podemos decir que el docence democrático se caracteriza por trasladar a los alumnos/as a un plano activo, donde éstos se convierten en protagonistas, siendo los constructores de sus propios conocimientos. En consecuencia el maestro/a pasa a ser guía y orientador, sirviendo de apoyo a sus alumnos/as y favoreciendo su autonomía personal. En este sentido el docente democrático, más que limitarse a la simple transmisión de conocimientos, se dedica a generar dudas, propiciar el interés y las ganas de investigar, fomentando de esta manera, el sentido crítico de sus alumnos/as. Este tipo de docente hace uso de una gran variedad de enfoques, recursos y estrategias didácticas, además de partir de la realidad de sus alumnos/as, lo cual los implica y los hace partícipes, favoreciendo un aprendizaje significativo y evitando la monotonía y el aburrimiento. En nuestras biografías, podemos observar la flexibilidad con la que el docente al que nos referimos, adapta el ritmo de sus clases a las necesidades de sus alumnos. 

 “Cuando nos veía algo revolucionados, siempre sabía como calmarnos, pues  no le   importaba perder un poco de tiempo de la asignatura para emplearlo en charlas o en cualquier otra cosa que surgiera."   
                                       
                      El docente democrático tiene en cuenta la diversidad que compone su clase, por lo que aboga por el desarrollo de las capacidades individuales de cada uno.  Mediante el diálogo, se considera uno más dentro de su grupo clase, compartiendo opiniones con sus alumnos/as y generando un clima de respeto y confianza, lo que favorece enormemente la comunicación y la convivencia. En algunas de nuestras biografías se refleja claramente, el cambio que sufrió la concepción de escuela, con la entrada de la democracia en nuestro país.

 "Mi época fue la de innovación y libertad, donde pedagogos, maestros, profesores y todos los educadores en definitiva, vivieron con pasión el cambio que ansiaban y pusieron en práctica ideas y valores antes censurados.[...] El maestro pasó a ser la idea opuesta al tipo de maestro que evoca Antonio Machado en un poema de su niñez...'con timbre sonoro y hueco truena el maestro' [...] Pero debo agradecer a todo ese cambio, a toda esta ilusión e innovación que en la gran mayoría de los de mi generación, han provocado que estudiáramos una carrera creciendo libres." 

                   Así pues, el resultado de las relaciones establecidas entre un docente democrático y sus alumnos/as, propiciará el desarrollo personal de individuos, capaces de pensar por sí mismos, que mantendrán una postura crítica ante las situaciones de la vida y que tomarán sus propias decisiones sin dependencia alguna. Por tanto, podemos observar que el docente que se identifica con el modelo de enseñanza al que nos referimos, puede llegar a ser un pilar fundamental en el desarrollo de los niños y niñas, para que lleguen a ser personas libres y respetuosas consigo mismas y con los demás, compartiendo la concepción de libertad con  A. Neill “la verdadera libertad es la que no supone un abuso de los derechos ajenos”. 

Comunicación en el aula

           La comunicación es el pilar que sostiene las relaciones entre docente y alumnos/as. La función de la comunicación dentro del aula no sólo debe limitarse al plano de la pura enseñanza académica o a la simple transmisión de conocimientos, sino que debe abarcar aspectos tales como la reciprocidad, la afectividad, la empatía, etc. Por tanto, cuanto más capaz sea el docente de acercarse a sus alumnos/as y a sus necesidades, mayor fluidez tendrá dicha comunicación. En este sentido, cobra especial relevancia la habilidad comunicativa y la sensibilidad de la que disponga el docente para percibir y entender los mensajes de sus alumnos/as. Como bien se encuentra reflejado en nuestras biografías, en función de la forma en qué se dirija a los alumnos/as, el docente transmitirá una actitud de escucha, la cual es fundamental para una buena comunicación o, por el contrario, de ignorancia y desatención.

"Ese año me tocó a un tutor donde sus clases eran muy difíciles al igual que sus exámenes. Me costó mucho entenderle."

             Según el análisis realizado por el psicólogo Kevin Steede en su libro “Los diez errores más comunes de los maestros/as y cómo evitarlos”, existe una tipología de docentes, basada en las respuestas que ofrecen a sus alumnos/as y puesto que pensamos que ninguno de los tipos de maestros/as que se citan a continuación, favorecen o facilitan la buen comunicación en el aula, los detallamos con el propósito de no caer en esos mismos errores. 

  • Los docentes autoritarios, temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos o amenazas para someter y obligar al niño/a. Por tanto, tienen muy poco o nada en cuenta las necesidades del niño/a.
  • Los maestros/as interesados, consciente o inconscientemente, en que su alumno/a sepa que ellos son más listos y con más experiencia. Estos maestros/as utilizan el lenguaje en negativo, infravalorando las acciones o las actitudes de sus alumnos/as. 
  • Los maestros/as que le quitan importancia a las cosas. Es fácil caer en el hábito de restar importancia a los problemas de nuestros alumnos/as, sobre todo si realmente consideramos que sus problemas no pueden compararse con los nuestros. Esta actitud, es percibida por el alumno/a como la de una persona poco receptiva, por lo que la respuesta del niño/a suele ser el rechazo.
  • Los maestros/as que dan conferencias. La palabra más usada por los maestros/as en situaciones de "conferencia o de sermón" es: deberías. Son las típicas respuestas que pretenden enseñar al alumno/a en base a nuestra propia experiencia, desdeñando su caminar diario y sus caídas.
               Tal y como afirma el psicólogo, dentro de esta clasificación es necesario mencionar, la cantidad de situaciones en las que la comunicación es sinónimo de silencio (aunque parezca paradójico). En la vida de un alumno/a, como en la de cualquier persona, hay ocasiones en que la relación más adecuada pasa por la compañía del el apoyo silencioso. Ante un sermón del padre es preferible, a veces, una palmada en la espalda cargada de complicidad y de afecto, una actitud que demuestre disponibilidad y a la vez respeto por el dolor o sentimiento negativo que siente el otro.
                 
           Por otro lado podemos analizar la comunicación desde la postura que adopta el docente, teniendo en cuenta el poder que le ha sido otorgado y la posibilidad de transformar la comunicación en algo positivo o negativo, según la dirección en qué éste la establezca. Según Juan Manuel Cañas en su libro “El proceso comunicativo dentro del aula”, la comunicación, como herramienta del profesor, tiene distintas formas y momentos de darse en cada clase, distintas funciones y diferentes canales. A continuación se exponen varios tipos de modelos de comunicación, que como señala el mencionado autor, tienen conexiones importantes con la forma en qué entendemos la enseñanza.
  • Comunicación unívoca
              En este tipo de comunicación, nos encontramos por un lado con el personaje principal, el docente, encargado de emitir todos los mensajes a sus alumnos/as y por otro, al alumnado, que en consecuencia se convierte en agente pasivo del proceso comunicativo. De esta manera, el maestro/a es el que habla y los alumnos/as se limitan a escuchar. El mensaje que emite el docente es el mismo para todos/as,  por lo que no tiene en cuenta la diversidad de su grupo-clase. Así pues, el alumno/a ha de adaptarse a tal mensaje, sin posibilidad de cuestionarlo.
  • Comunicación biunívoca
              La comunicación biunívoca, se sitúa en la misma línea que la unívoca, con la excepción de que, aunque de forma limitada, se encuentra abierta a la interacción. A pesar de que la gran mayoría de los mensajes son emitidos por el docente, los alumnos/as puede participar activamente en determinadas ocasiones.
  • Comunicación múltiple
                    En la comunicación múltiple cualquier integrante del grupo-clase puede convertirse en personaje principal, ya que todos los participantes son protagonistas del proceso comunicativo. Este tipo de comunicación nos parece la más acertada de las mencionadas anteriormente, ya que considera a las personas por igual pero sin pasar por alto sus diferencias. Valora la libre expresión y reconoce que todos/as tenemos cosas que decir y cosas que aportar, por lo que enriquece de manera constructiva los conocimientos previos de cada uno. Así pues, una comunicación múltiple favorece la interacción y la convivencia, y fomenta el pensamiento autónomo y crítico.

Desde la perspetiva del niño


"Si fueran escuchados, los niños podrían llevar a la escuela su propio pensamiento"
                Dentro de la relación maestro-alumno, nos ha resultado interesante dedicarle un espacio al reconocido pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci. Nos hemos apoyado en su trabajo, entre otros motivos, porque su perspectiva nos permite observar la relación maestro-alumno desde el punto de vista de los niños y niñas. Compartimos con Tonucci la idea de resaltar el papel del maestro/a y considerarlo una pieza esencial en la educación, ya que actualmente, debido al constante cambio social, la gran mayoría de los niños/as, pasan más tiempo con los maestros/as que con sus propios padres y madres. En este sentido, cobra especial importancia la necesidad que tiene la escuela actual de potenciar la relaciones que se establecen con las familias, pues en algunos casos, éstas son inexistentes, lo que dificulta en gran medida el proceso educativo.  



                 Por tanto, teniendo en cuenta que todos ellos componen la comunidad educativa, pensamos que deberían estar unidos por un mismo fin, el cual no es otro que asegurar el desarrollo personal y el bienestar de los niños y niñas. Tal y como se recoge en las reflexiones del pensador, “la escuela tiene que estar ajustada a sus necesidades, en la cual se haga más en menos tiempo. No puede ser que tras seis horas de clase los niños lleguen a casa con deberes. Los niños tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer ellos solos. Si todos los niños hacen las mismas actividades y ven la misma tele luego en la escuela no tienen nada que contar a sus compañeros", podemos observar también como los niños/as de nuestra sociedad viven sumidos en un profundo estrés, ya que a los deberes hay que sumarle la cantidad de actividades extraescolares que realizan a lo largo de la semana, dejándoles apenas sin tiempo para jugar o para dedicarlo a aquello que realmente quieren hacer, lo cual constituye un aspecto fundamental en el desarrollo de su creatividad.

                  Aunque Tonucci se centra más en los niños pequeños, creemos necesario extender esta visión a todas las etapas educativas,  pues en su concepción de cambio del modelo educativo actual, el pedagogo aboga por considerar al niño como la figura principal del proceso educativo, algo que como futuras docentes, apoyamos y compartimos.

          Bajo el seudónimo de Frato, Tonucci ilustra sus pensamientos a través de sus maravillosas viñetas, aquellas que bajo nuestro punto de vista, no tienen desperdicio. Estas viñetas, guardan la valiosa voz de los niños y niñas de nuestra sociedad, esa voz que en numerosas ocasiones  ignoramos, olvidándonos de que podría ser la llave que abriese las puertas de la mejor de las relaciones educativas. Por todo ello, en el siguiente enlace se recoge una gran parte de sus viñetas, acompañadas de una invitación a la reflexión,  "con ojos de niños".


El grupo de iguales



                    Al ingresar en la escuela, el mundo de niños y niñas se abre a nuevos horizontes, a diversos contextos de desarrollo, que ofrecen a cada niño y niña, la oportunidad de enriquecer la imagen que poseen sobre ellos mismos. La participación en nuevos escenarios sociales permite su revisión, y consecuentemente, su afianzamiento o modificación. Entre las personas con las que los niños/as van consolidado nuevas relaciones, los compañeros y los profesores adquieren un papel destacado, añadiéndose como claras fuentes de influencia en la autoestima infantil. En concreto, es a partir de los siete años, cuando el grupo de iguales se convierte en una  fuente de comparación constante y en el espejo que permite a cada uno contrastar y tomar conciencia de sus propias capacidades y limitaciones. 

        Así pues las relaciones dentro del aula, se encuentran estrechamente ligadas a la presencia activa de dicho grupo. Haciendo referencia al término que lo denomina, el grupo de iguales, suele estar constituido, por niños y niñas que mantienen relaciones de igualdad, en cuanto a compartir la misma edad, los mismos intereses y objetivos. De esta manera y como observamos dentro de nuestras biografías, dicho grupo cobra importancia dentro del desarrollo personal del niño/a, pues las expectativas o los juicios, no sólo provienen del docente sino también de sus compañeros/as. 

"[...]Sin embargo, el mayor choque fue a nivel social, las conversaciones y las chicas que conocí allí, no llegaron a aceptarme plenamente, así que decidí aislarme y no salir los fines de semana."

               Por el contrario, las relaciones establecidas entre el grupo de iguales, puede resultar muy  positivas, pues favorecen el desarrollo de valores tales como la tolerancia y la empatía, y facilitan el aprendizaje desde un plano colaborativo y de cooperación. Sin embargo, en ocasiones, estas relaciones generan subgrupos que desembocan en disputa, las cuales dan lugar a la existencia de sentimientos de rechazo y frustración, bajando considerablemente la autoestima de determinados alumnos/as.

                  En este sentido y desde una perspectiva psicológica, podemos afirmar que la actitud y la conducta del docente, nuevamente se revela como un factor determinante en el desarrollo personal y social del niño/a. Pues éste, tiene en sus manos, la posibilidad de crear un clima adecuado dentro del aula para que estas situaciones no sucedan. Sin embargo, tal y como se observa en nuestras biografías, el docente no siempre actúa de forma parcial, ni como mediador, sino que en numerosas ocasiones, es su actitud, la que provoca envidias, rechazo, y en definitiva, los conflictos entre los integrantes del grupo de iguales. 

"[...]Además de ser demasiado estricto referente al tema del deporte, demostraba cierto favoritismo hacia aquellos que se le daban mejor, y aunque yo me encontraba entre éstos, no me parecía justo para el resto de compañeros/as. Sin embargo, para otros muchos, el hecho de que algunos compañeros no fuesen buenos en la actividad física, era objeto de burla, una burla que se veía reforzada por la actitud del maestro"

"[...] también es cierto que en esta edad yo empezaba a ver favoritismos y prestarle más atención a unos que a otros".

                Por otro lado, el maestro/a tiene la capacidad de influir positivamente en la autoestima de sus alumnos/as. Cuando los mensajes que un maestro transmite a su alumno/a, son de altas expectativas respecto a sus capacidades, de una buena valoración de sus acciones y de su rendimiento, está potenciando en ese alumno/a la confianza en sus propias capacidades y facilitando su éxito escolar. Por el contrario, cuando un maestro/a mantiene unas bajas expectativas o una actitud de desconfianza acerca de las capacidades de un alumno/a, está mermando su autoestima y favoreciendo el sentimiento de inseguridad.

                   Por último, dentro de las relaciones maestro-alumno, os invitamos a conocer mediante el documental "Pensando en los demás" a Toshiro Kanamori, un maestro que apuesta por una clase centrada en la felicidad de sus alumnos y alumnas, por una clase creada a partir de los vínculos emocionales entre sus componentes, elevando la importancia del juego, el compañerismo, la empatía, el interés y la predisposición sincera de ayudar a los demás.





Referencias
CAÑAS TIRADO, J.M. (2010) El proceso de comunicación dentro del aula. Extraído de http://www.publicatuslibros.com/bibliotec/libro/el-proceso-comunicativo-dentro-del-aula/
PALACIOS, J. y C.Coll (1999). Desarrollo Psicológico y Educación.1.Psicología Evolutiva, pp 361-366. Madrid: Alianza
HERNÁNDEZ, F. Cuadernos de pedagogía. Nº 411 (Abril 2011) pp.73


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