RELACIÓN PROFESOR/ALUMNO
“Lo
que el profesorado 'dice' a los alumnos y cómo éstos reaccionan
se
mantiene oculto tras el tupido velo de un silencio profesional autoprotector”
|
La relación educativa o relación maestro-alumno, es el conjunto de
relaciones sociales que se establecen entre el educador y los educandos, y cuya
finalidad es alcanzar determinados objetivos educativos. Éstas, suceden dentro
de una estructura institucional que se encuentra enmarcada en un contexto más
amplio, la sociedad en que vivimos. Así pues, las relaciones maestro-alumno
estan sujetas a numerosos factores, tanto externos como internos, y es
necesario tener en cuenta, que se desarrollan en un ambiente vivo y de
constante cambio. Por tanto, no debemos pasar por alto que lo que
principalmente está en juego, es el desarrollo de la personalidad de los
alumnos/as, y que la actitud del docente frente a ellos, puede ser determinante
en este aspecto.
Partiendo de la definición anterior, podemos entender que las relaciones que se
establecen entre el profesorado y el alumnado, constituyen también, un pilar
fundamental dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que que el
resultado de éste proceso depende en gran medida de la manera en que se desarrollen
dichas relaciones. En este sentido cabe señalar la importancia que cobra el rol
que cada maestro adopta respecto a sus alumnos, así como la visión de Educación
que éste sostiene. Resulta curioso observar como un mismo grupo de alumnos/as,
se comporta de manera diferente y obtiene resultados académicos dispares, en
función del maestro/a que imparte la clase. Indudablemente, estas situaciones
tienen que ver con la actitud del docente, la metodología que utiliza y el tipo
de comunicación que establece con sus alumnos/as.
TIPOS DE DOCENTES
Aunque
exiten diversas clasificaciones de los tipos de docentes que hay, nosotras nos
hemos centrado en dos grandes corrientes pedagógicas para diferenciarlos. Sin
embargo, resulta de vital importancia aclarar, que no es nuestra intención
generalizar, puesto que somos conscientes de que no todo es blanco o negro, y
que tanto las actitudes de alumnos y maestros como sus relaciones, se
encuentran influenciadas por numerosos aspectos.
El docente tradicional y autoritario
En la filosofía autoritaria el
concepto de igualdad no existe. El carácter autoritario puede a veces
emplear el término igualdad en forma puramente convencional o bien porque
conviene a sus propósitos. Pero no posee para él significado real o
importancia, puesto que se refiere a algo ajeno a su experiencia emocional.
Para él, el mundo se compone de personas que tienen poder y otras que carecen
de él; de superiores y de inferiores. Sobre la base de sus impulsos
sadomasoquistas experimenta tan sólo la dominación o la sumisión, jamás la
solidaridad.
(Erich Fromm, 1987)
Haciendo referencia la cita anterior, podemos decir que el docente autoritario
es un maestro/a tradicional, que se caracteriza por mantener una postura rígida
frente a sus alumnos, que lleva la disciplina por bandera y el castigo como
escudo, ante situaciones que le desbordan. Sabiéndose superior y haciendo uso
de su poder, el docente autoritario; dirige, impone, ordena, exige, hace y
deshace a su antojo desde su inaccesible trono, dejando a un lado cualquier
posibilidad de crítica, participación u opinión por parte del alumnado. En
consecuencia, dentro de sus clases reina un silencio absoluto que da paso a un
monólogo proveniente de él mismo y mediante el cual, promulga el conocimiento
científico para que sus alumnos/as lo memoricen, sin admitir réplica alguna e
impidiendo la entrada al diálogo abierto y multidireccional. En este sentido es
importante señalar, que este tipo de docente no se dedica a enseñar a
pensar a sus alumnos/as, sino que directamente piensa por ellos. Como se
refleja en nuestras biografías, podemos observar, que muchos de estos docentes
se ensañan con sus alumnos/as cuando éstos se desvían del camino que les ha
impuesto, y hace uso de su autoridad, para humillarlos y ridiculizarlos.
“En mi colegio todo alumno/a
que llegaba a sexto, temía que le diera clase el maestro x. Era un señor
bastante severo, tenía cara de amargado y se dedicaba a machacar y a
ridiculizar a los alumnos/as, llegando incluso a pegarles".
Aunque pensemos que este tipo de docente ha
quedado obsoleto y ha pasado a la historia, debido a que su comportamiento
atenta gravemente contra la integridad del alumnado. No podemos olvidar que
durante muchos años ha sido este modelo de enseñanza, el que por norma general
se encontraba en las aulas. Cierto es, que hoy en día es difícil encontrar a un
maestro que muestre esta actitud abiertamente. Sin embargo, muchos docentes
siguen siendo tradicionales y bajo el escudo de la sutileza, siguen
considerando a los alumnos/as como contenedores vacíos, a los que tienen que
llenar de conocimientos.
Así
pues, entendemos que el docente que se identifica con el modelo de enseñanza
autoritario y represivo, puede hacer mucho daño a determinados
alumnos/as, ya que éste suele generar una seria falta de autoestima en
ellos/as. Estos alumnos/as, además de sentirse en todo momento bajo presión,
son dependientes absolutos de las instrucciones que reciben de su maestro/a,
por lo que son incapaces de tomar sus propias decisiones. Por tanto, las
relaciones que se establecen entre este tipo de docente y sus alumnos/as,
pueden llegar a ser muy perjudiciales para su desarrollo personal.
El docente democrático
…donde se juega realmente esta
educación democrática; creando un clima de confianza, educando a los
alumnos en la toma de decisiones, en su autonomía, en su autoevaluación, en la
atención individualizada, en la participación en las decisiones que les
conciernen, en la educación del espíritu crítico que sólo se adquiere cuando es
el educando, con la ayuda del educador, el que va construyendo sus saberes,
entre otros. (J. Manuel Santos, 2006)
Partiendo de la cita
anterior, podemos decir que el docence democrático se caracteriza por trasladar
a los alumnos/as a un plano activo, donde éstos se convierten en protagonistas,
siendo los constructores de sus propios conocimientos. En consecuencia el
maestro/a pasa a ser guía y orientador, sirviendo de apoyo a sus alumnos/as y
favoreciendo su autonomía personal. En este sentido el docente democrático, más
que limitarse a la simple transmisión de conocimientos, se dedica a generar
dudas, propiciar el interés y las ganas de investigar, fomentando de esta
manera, el sentido crítico de sus alumnos/as. Este tipo de docente hace
uso de una gran variedad de enfoques, recursos y estrategias didácticas, además
de partir de la realidad de sus alumnos/as, lo cual los implica y los hace
partícipes, favoreciendo un aprendizaje significativo y evitando la monotonía y
el aburrimiento. En nuestras biografías, podemos observar la flexibilidad con
la que el docente al que nos referimos, adapta el ritmo de sus clases a las
necesidades de sus alumnos.
“Cuando nos veía algo
revolucionados, siempre sabía como calmarnos, pues no le importaba
perder un poco de tiempo de la asignatura para emplearlo en charlas o en
cualquier otra cosa que surgiera."
El docente democrático tiene en cuenta la diversidad que compone su
clase, por lo que aboga por el desarrollo de las capacidades individuales de
cada uno. Mediante el diálogo, se considera uno más dentro de su grupo
clase, compartiendo opiniones con sus alumnos/as y generando un clima de
respeto y confianza, lo que favorece enormemente la comunicación y la
convivencia. En algunas de nuestras biografías se refleja claramente, el cambio
que sufrió la concepción de escuela, con la entrada de la democracia en nuestro
país.
"Mi época fue la de innovación y libertad, donde pedagogos,
maestros, profesores y todos los educadores en definitiva, vivieron con pasión
el cambio que ansiaban y pusieron en práctica ideas y valores antes
censurados.[...] El maestro pasó a ser la idea opuesta al tipo de maestro
que evoca Antonio Machado en un poema de su niñez...'con timbre sonoro y hueco
truena el maestro' [...] Pero debo agradecer a todo ese cambio, a toda esta
ilusión e innovación que en la gran mayoría de los de mi generación, han
provocado que estudiáramos una carrera creciendo libres."
Así pues, el resultado de las relaciones establecidas entre un docente
democrático y sus alumnos/as, propiciará el desarrollo personal de individuos,
capaces de pensar por sí mismos, que mantendrán una postura crítica ante las
situaciones de la vida y que tomarán sus propias decisiones sin dependencia
alguna. Por tanto, podemos observar que el docente que se identifica con
el modelo de enseñanza al que nos referimos, puede llegar a ser un pilar
fundamental en el desarrollo de los niños y niñas, para que lleguen a ser
personas libres y respetuosas consigo mismas y con los demás, compartiendo
la concepción de libertad con A. Neill “la verdadera libertad es la que no supone un abuso de los derechos
ajenos”.
Comunicación en el aula
La comunicación es el pilar
que sostiene las relaciones entre docente y alumnos/as. La función de la
comunicación dentro del aula no sólo debe limitarse al plano de la pura
enseñanza académica o a la simple transmisión de conocimientos, sino que debe
abarcar aspectos tales como la reciprocidad, la afectividad, la empatía, etc.
Por tanto, cuanto más capaz sea el docente de acercarse a sus alumnos/as y a
sus necesidades, mayor fluidez tendrá dicha comunicación. En este sentido,
cobra especial relevancia la habilidad comunicativa y la sensibilidad de la que
disponga el docente para percibir y entender los mensajes de sus alumnos/as.
Como bien se encuentra reflejado en nuestras biografías, en función de la
forma en qué se dirija a los alumnos/as, el docente transmitirá una
actitud de escucha, la cual es fundamental para una buena comunicación o,
por el contrario, de ignorancia y desatención.
"Ese año me
tocó a un tutor donde sus clases eran muy difíciles al igual que sus exámenes.
Me costó mucho entenderle."
Según el análisis
realizado por el psicólogo Kevin
Steede en su libro “Los
diez errores más comunes de los maestros/as y cómo evitarlos”, existe una
tipología de docentes, basada en las respuestas que ofrecen a sus alumnos/as
y puesto que pensamos que ninguno de los tipos de maestros/as que se citan
a continuación, favorecen o facilitan la buen comunicación en el aula,
los detallamos con el propósito de no caer en esos mismos errores.
- Los docentes autoritarios, temen perder el control de la situación y utilizan órdenes, gritos o amenazas para someter y obligar al niño/a. Por tanto, tienen muy poco o nada en cuenta las necesidades del niño/a.
- Los maestros/as interesados, consciente o inconscientemente, en que su alumno/a sepa que ellos son más listos y con más experiencia. Estos maestros/as utilizan el lenguaje en negativo, infravalorando las acciones o las actitudes de sus alumnos/as.
- Los maestros/as que le quitan importancia a las cosas. Es fácil caer en el hábito de restar importancia a los problemas de nuestros alumnos/as, sobre todo si realmente consideramos que sus problemas no pueden compararse con los nuestros. Esta actitud, es percibida por el alumno/a como la de una persona poco receptiva, por lo que la respuesta del niño/a suele ser el rechazo.
- Los maestros/as que dan conferencias. La palabra más usada por los maestros/as en situaciones de "conferencia o de sermón" es: deberías. Son las típicas respuestas que pretenden enseñar al alumno/a en base a nuestra propia experiencia, desdeñando su caminar diario y sus caídas.
Tal y como
afirma el psicólogo, dentro de esta clasificación es necesario mencionar, la
cantidad de situaciones en las que la comunicación es sinónimo de silencio
(aunque parezca paradójico). En la vida de un alumno/a, como en la de cualquier
persona, hay ocasiones en que la relación más adecuada pasa por la compañía del
el apoyo silencioso. Ante un sermón del padre es preferible, a veces, una
palmada en la espalda cargada de complicidad y de afecto, una actitud que
demuestre disponibilidad y a la vez respeto por el dolor o sentimiento negativo
que siente el otro.
Por otro lado podemos
analizar la comunicación desde la postura que adopta el docente, teniendo en
cuenta el poder que le ha sido otorgado y la posibilidad de transformar la
comunicación en algo positivo o negativo, según la dirección en qué éste la
establezca. Según Juan Manuel Cañas
en su libro “El proceso comunicativo
dentro del aula”, la comunicación, como herramienta del profesor,
tiene distintas formas y momentos de darse en cada clase, distintas funciones y
diferentes canales. A continuación se exponen varios tipos de modelos de
comunicación, que como señala el mencionado autor, tienen conexiones
importantes con la forma en qué entendemos la enseñanza.
- Comunicación unívoca
En este tipo de
comunicación, nos encontramos por un lado con el personaje principal, el
docente, encargado de emitir todos los mensajes a sus alumnos/as y por otro, al
alumnado, que en consecuencia se convierte en agente pasivo del proceso
comunicativo. De esta manera, el maestro/a es el que habla y los alumnos/as se
limitan a escuchar. El mensaje que emite el docente es el mismo para todos/as,
por lo que no tiene en cuenta la diversidad de su grupo-clase. Así pues,
el alumno/a ha de adaptarse a tal mensaje, sin posibilidad de cuestionarlo.
- Comunicación biunívoca
La comunicación
biunívoca, se sitúa en la misma línea que la unívoca, con la excepción de que,
aunque de forma limitada, se encuentra abierta a la interacción. A pesar de que
la gran mayoría de los mensajes son emitidos por el docente, los alumnos/as
puede participar activamente en determinadas ocasiones.
- Comunicación múltiple
En la comunicación múltiple cualquier integrante del grupo-clase puede
convertirse en personaje principal, ya que todos los participantes son
protagonistas del proceso comunicativo. Este tipo de comunicación nos parece la
más acertada de las mencionadas anteriormente, ya que considera a las personas
por igual pero sin pasar por alto sus diferencias. Valora la libre expresión y
reconoce que todos/as tenemos cosas que decir y cosas que aportar, por lo que enriquece
de manera constructiva los conocimientos previos de cada uno. Así pues, una
comunicación múltiple favorece la interacción y la convivencia, y fomenta el
pensamiento autónomo y crítico.
Desde la perspetiva del
niño
Dentro de la
relación maestro-alumno, nos ha resultado interesante dedicarle un espacio al
reconocido pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci. Nos hemos apoyado en su trabajo, entre otros motivos,
porque su perspectiva nos permite observar la relación maestro-alumno desde el
punto de vista de los niños y niñas. Compartimos con Tonucci la idea de resaltar el papel del maestro/a y
considerarlo una pieza esencial en la educación, ya que actualmente, debido al
constante cambio social, la gran mayoría de los niños/as, pasan más tiempo con
los maestros/as que con sus propios padres y madres. En este sentido, cobra
especial importancia la necesidad que tiene la escuela actual de potenciar la
relaciones que se establecen con las familias, pues en algunos casos, éstas son
inexistentes, lo que dificulta en gran medida el proceso educativo.
Por tanto, teniendo en cuenta que todos ellos componen la
comunidad educativa, pensamos que deberían estar unidos por un mismo fin, el
cual no es otro que asegurar el desarrollo personal y el bienestar de los niños
y niñas. Tal y como se recoge en las reflexiones del pensador, “la escuela tiene que estar
ajustada a sus necesidades, en la cual se haga más en menos tiempo. No puede
ser que tras seis horas de clase los niños lleguen a casa con deberes. Los
niños tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer ellos solos.
Si todos los niños hacen las mismas actividades y ven la misma tele luego en la
escuela no tienen nada que contar a sus compañeros", podemos observar también como los niños/as de
nuestra sociedad viven sumidos en un profundo estrés, ya que a los deberes hay
que sumarle la cantidad de actividades extraescolares que realizan a lo largo
de la semana, dejándoles apenas sin tiempo para jugar o para dedicarlo a
aquello que realmente quieren hacer, lo cual constituye un aspecto fundamental
en el desarrollo de su creatividad.
Aunque Tonucci se centra más en los niños pequeños, creemos
necesario extender esta visión a todas las etapas educativas, pues en su
concepción de cambio del modelo educativo actual, el pedagogo aboga por
considerar al niño como la figura principal del proceso educativo, algo que
como futuras docentes, apoyamos y compartimos.
Bajo el seudónimo de Frato, Tonucci
ilustra sus pensamientos a través de sus maravillosas viñetas, aquellas que
bajo nuestro punto de vista, no tienen desperdicio. Estas viñetas, guardan la
valiosa voz de los niños y niñas de nuestra sociedad, esa voz que en numerosas
ocasiones ignoramos, olvidándonos de que podría ser la llave que abriese
las puertas de la mejor de las relaciones educativas. Por todo ello, en el
siguiente enlace se recoge una gran parte de sus viñetas, acompañadas de una
invitación a la reflexión, "con
ojos de niños".
El grupo de iguales
Al ingresar en la escuela, el mundo de niños y niñas se abre a nuevos
horizontes, a diversos contextos de desarrollo, que ofrecen a cada niño y niña,
la oportunidad de enriquecer la imagen que poseen sobre ellos mismos. La
participación en nuevos escenarios sociales permite su revisión, y
consecuentemente, su afianzamiento o modificación. Entre las personas con las
que los niños/as van consolidado nuevas relaciones, los compañeros y los
profesores adquieren un papel destacado, añadiéndose como claras fuentes de
influencia en la autoestima infantil. En concreto, es a partir de los siete
años, cuando el grupo de iguales se convierte en una fuente de
comparación constante y en el espejo que permite a cada uno contrastar y tomar
conciencia de sus propias capacidades y limitaciones.
Así pues las relaciones dentro del aula,
se encuentran estrechamente ligadas a la presencia activa de dicho grupo.
Haciendo referencia al término que lo denomina, el grupo de iguales, suele
estar constituido, por niños y niñas que mantienen relaciones de igualdad, en
cuanto a compartir la misma edad, los mismos intereses y objetivos. De esta
manera y como observamos dentro de nuestras biografías, dicho grupo cobra
importancia dentro del desarrollo personal del niño/a, pues las expectativas o
los juicios, no sólo provienen del docente sino también de sus
compañeros/as.
"[...]Sin embargo, el
mayor choque fue a nivel social, las conversaciones y las chicas que conocí
allí, no llegaron a aceptarme plenamente, así que decidí aislarme y no salir
los fines de semana."
Por el
contrario, las relaciones establecidas entre el grupo de iguales, puede
resultar muy positivas, pues favorecen el desarrollo de valores tales como
la tolerancia y la empatía, y facilitan el aprendizaje desde un plano
colaborativo y de cooperación. Sin embargo, en ocasiones, estas relaciones
generan subgrupos que desembocan en disputa, las cuales dan lugar a la
existencia de sentimientos de rechazo y frustración, bajando
considerablemente la autoestima de determinados alumnos/as.
En este
sentido y desde una perspectiva psicológica, podemos afirmar que la actitud y
la conducta del docente, nuevamente se revela como un factor determinante en el
desarrollo personal y social del niño/a. Pues éste, tiene en sus manos, la
posibilidad de crear un clima adecuado dentro del aula para que estas
situaciones no sucedan. Sin embargo, tal y como se observa en nuestras
biografías, el docente no siempre actúa de forma parcial, ni como
mediador, sino que en numerosas ocasiones, es su actitud, la que provoca
envidias, rechazo, y en definitiva, los conflictos entre los integrantes del
grupo de iguales.
"[...]Además de ser
demasiado estricto referente al tema del deporte, demostraba cierto favoritismo
hacia aquellos que se le daban mejor, y aunque yo me encontraba entre éstos, no
me parecía justo para el resto de compañeros/as. Sin embargo, para otros
muchos, el hecho de que algunos compañeros no fuesen buenos en la actividad
física, era objeto de burla, una burla que se veía reforzada por la actitud del
maestro"
"[...] también es cierto
que en esta edad yo empezaba a ver favoritismos y prestarle más atención a unos
que a otros".
Por otro lado,
el maestro/a tiene la capacidad de influir positivamente en la autoestima de
sus alumnos/as. Cuando los mensajes que un maestro transmite a su alumno/a, son
de altas expectativas respecto a sus capacidades, de una buena valoración de
sus acciones y de su rendimiento, está potenciando en ese alumno/a la confianza
en sus propias capacidades y facilitando su éxito escolar. Por el contrario,
cuando un maestro/a mantiene unas bajas expectativas o una actitud de
desconfianza acerca de las capacidades de un alumno/a, está mermando su
autoestima y favoreciendo el sentimiento de inseguridad.
Por último, dentro de las relaciones maestro-alumno, os invitamos a
conocer mediante el documental "Pensando
en los demás" a Toshiro Kanamori, un maestro que apuesta por una
clase centrada en la felicidad de sus alumnos y alumnas, por una clase creada a
partir de los vínculos emocionales entre sus componentes, elevando la
importancia del juego, el compañerismo, la empatía, el interés y la predisposición
sincera de ayudar a los demás.
Referencias
CAÑAS
TIRADO, J.M. (2010) El proceso de comunicación dentro del aula.
Extraído de http://www.publicatuslibros.com/bibliotec/libro/el-proceso-comunicativo-dentro-del-aula/
PALACIOS,
J. y C.Coll (1999). Desarrollo
Psicológico y Educación.1.Psicología Evolutiva, pp 361-366. Madrid:
Alianza
HERNÁNDEZ,
F. Cuadernos de pedagogía. Nº 411
(Abril 2011) pp.73
